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¿Por qué le gustaría trabajar aquí?

Foto del escritor: psicóloga florencia lemospsicóloga florencia lemos

Actualizado: 18 ene 2021


Imaginemos que mientras dejamos currículums en una empresa y otra, mientras los enviamos a diferentes webs de búsqueda y mientras pensamos donde nos gustaría trabajar, recibimos una llamada. La finalidad de la misma es darnos cita para una entrevista en una de las empresas que hemos visitado. Y entonces nos entra el pánico… ¿y ahora qué? ¿Qué me preguntarán? ¿y si no sé responder? ¿y si meto la pata? CRISIS!!!!

Mi idea hoy, es intentar compartir datos e información para saber manejar lo mejor posible estas situaciones, pudiéndose disfrutar y evitando que se conviertan en un calvario. No obstante, en el caso de éste primer post, va más dirigido a quienes son candidatos/as que a los/as entrevistadores/as.  


Hoy en día, y con las tecnologías invadiéndolo todo, las entrevistas pueden hacerse de modo presencial (despacho, entrevistador/a (s) y persona candidata) o virtual (con videoconferencia, en la tranquilidad de tu casa, tus cosas, la distancia…), método que se ha puesto en auge en este 2020.

También suelen usarse mucho (aunque actualmente se ha descartado el uso por motivos de salud pública como todo el mundo sabe) las entrevistas en grupo, es decir, en lugar de entrevistar a una única persona, se reúne a un grupo y se plantea un problema complejo que deban solucionar o una tarea que realizar. La idea resulta bastante atractiva sobre todo en empresas grandes o donde la interacción y el trabajo en grupo resultan imprescindibles.

La idea es ver como los/las candidatos/as se desenvuelven en un escenario “real”, que conductas presentan, que actitud muestran, que rol juegan dentro de los grupos, e incluso cuales son los valores que le rigen. Por su parte, la persona que entrevista (o a veces más de una, tanto en entrevista individual como grupal) se dedica a observar la interacción e ir obteniendo información altamente valiosa.


Hay veces que en estas entrevistas grupales se tiende a pensar que, cuanto más desapercibido se pase mejor, “cuanto más sumiso sea, más gustaré a los jefes”. ERROR! Si intentas pasar desapercibido para los demás candidatos/as, también pasarás desapercibido para quien te observa. Es el momento de demostrar quien eres, como funcionas, como te desenvuelves, qué tan creativo y resolutivo eres, lo motivado que estas, los dotes organizativos que posees, lo líder que puedes llegar a ser…es el momento de hacerte ver.


En algunas ocasiones, añadido a cualquier tipo de entrevista ya mencionado (individual, grupal, personal o virtual), la empresa decide añadir alguna técnica cuantitativa (test psicométricos, test de personalidad, cuestionarios, pruebas de conocimientos, etc.). Y es que los encargados de la selección de personal y entrevistas han de estar siempre preparados, tanto con las preguntas (siendo una entrevista más bien cerrada o más abierta dependiendo del grado de estructuración y flexibilidad para preguntar), como con el tipo de respuestas que se esperan obtener.


Hay que tener claro que perfil se busca, cómo valorar si el/la candidato/a se ajusta a dicho perfil, cómo saber quien de todos es el más adecuado, que habilidades son imprescindibles y cuáles otorgan más “puntuación”, etc. Además, sea del tipo que sea la entrevista, una técnica que siempre utilizan los/las entrevistadores/as es la observación.

¿Y qué se observa?, pues la conducta durante la entrevista, la forma en la que uno está sentado, el movimiento de los miembros, los cambios de posición en la silla, los suspiros, los momentos de dudas, las “manías” o “costumbres” si las tienes, el aspecto o preparación estética con la que se acude a la entrevista, la distancia a la que me siento de la mesa, la posición de los brazos, el tono de voz, los gestos (por pequeños que puedan parecer)…Todo lo que esté al alcance del ojo/oído de un/a buen/a entrevistador/a. Incluso en algunas ocasiones, la entrevista empieza antes de entrar al despacho, procediendo a hacer una observación durante los momentos previos en la sala destinada a la espera.

No obstante y a pesar de todos los aspectos que se evalúan, si hay algo que nos ponga realmente nerviosos a la enorme mayoría de candidatos, es el momento de las preguntas…y sobre todo la “ansiedad” de pensar: ¿y sobre qué cosas me van a preguntar?. Pues es muy simple: una parte de las preguntas irá destinada a indagar más profundamente en todo lo que uno suele incluir en su Currículum:

  1. Formación: qué tipo de formación tienes, cursos, idiomas, posibilidad y/o deseo de seguir formándote, etc.

  2. Experiencia: detallar tareas que has desempeñado, intentando centrarte en aquellas acordes al puesto que deseas conseguir, tener presente tu último trabajo… En este punto también se suele recoger información sobre actitudes, valores (personales y laborales), juicios, opinión sobre determinados aspectos, etc.

  3. Expectativas ante el puesto: que espera del puesto, de la empresa, de la posible integración en ella, etc.

  4. Hay ocasiones en las que puede indagarse sobre valores familiares y sociales, no obstante, hoy en día se hace con mucha cautela, para no ser acusados de ningún tipo de discriminación ni atentar contra la intimidad de la persona.

Para responder “bien” (si es que se puede asumir que hay respuestas buenas y malas), habrá que tener muy claro e hilado todo lo incluido en el CV. Habrá que llevar bien preparados y trabajados todos los argumentos que se nos ocurran para defender verazmente aquello que hemos escrito y por lo cual nos han citado. Pero además de las preguntas que versan acerca del Currículum, existen también algunas cuestiones que las empresas hacen habitualmente, y que muchas veces nos ponen más nerviosos/as de lo habitual o que pueden dejarnos en blanco. Veamos algunas:

  • ¿Por qué quiere trabajar aquí? La respuesta que suele venir hoy día a la mente es: Porque necesito dinero; porque tengo que trabajar,… Pero intentemos buscar una respuesta que despierte el interés de quien nos entrevista. Es la primera oportunidad para demostrar quienes somos, que tenemos para aportarles y demostrar que conocemos la manera de funcionar de su empresa.

  • ¿Cuál es su peor defecto? Pregunta habitual y que puede dejarnos en evidencia. Hay que responder con precaución, pero con honestidad…obviamente sin tirarnos tierra a nuestro propio tejado. Existen decenas de respuestas…algunas típicas como “trabajo mucho”, “todo lo que me propongo lo consigo”, etc… Otras más elaboradas, como convertir un defecto en virtud, y otras como la sinceridad acreditada, es decir: “tengo “X” defecto, que en “X” ocasiones me provocó “X”, pero con los cursos “Y” o con la experiencia en “Z” o trabajando con “determinada” técnica, he conseguido “Ñ” en tal situación”.

  • ¿A qué se deben los vacíos en el Currículum? Es importante ser sincero en estos puntos… si estuviste de año sabático porque te quemaste en algún empleo, si estabas formándote para aspirar a un puesto más alto, si estuviste enfermo… aunque es importante saber distinguir el ser sincero de revelar datos íntimos o muy personales.

  • En el caso de que no tengamos experiencia, pueden intentar entrar por ahí. En estos casos…apuntar a lo que sí que tenemos, lo que compensa esa falta de experiencia.

  • ¿Quiere preguntar algo? En este momento lo único que suele venir a la mente es el sueldo, las vacaciones y, si lo he pasado muy mal, si puedo irme ya. Pero intentemos pensar…¿Cómo puedo concluir bien la entrevista y a la vez ofrecer algo más de información sobre mí? Mostrando interés en la empresa…pero con alguna pregunta…por ejemplo:

  • ¿Qué espera la empresa, pasados 6 meses, que haya conseguido la persona que ocupe el puesto?

  • ¿Qué situaciones le resultan más complejas y cómo las resuelve? Aquí puede ser muy útil responder con algún ejemplo que demuestre la complejidad de una situación, el esfuerzo en buscar una solución, el proceso de búsqueda de dicha solución y la resolución. En el caso de que escojamos un problema que no haya podido solucionarse, sería recomendable exponer algo muy valioso que obtuvimos de ello (aunque es preferible seleccionar una con resolución positiva).

  • Y un largo y creativo etcétera de preguntas…

Llegados a este punto y habiendo pasado por esta situación al menos una vez, puede dar la sensación de que, al pasar una entrevista se está realizando un interrogatorio. NO ES ASÍ! Las entrevistas son un diálogo entre “empresa” y la persona candidata para determinado puesto, mediante la cual se persiguen diferentes objetivos, entre ellos:

  • Informar a la persona candidata de cuál es el puesto a cubrir y las funciones que la empresa precisa de él o ella. En este caso, la empresa proporciona información útil al /a la aspirante, sobre que funciones se esperan de él/ella. Por su parte, la empresa deja claro ya de entrada que es lo que se espera, que se valorará y que se requerirá.

  • Preguntar sobre aspectos concretos del Currículo: aquí está la oportunidad perfecta para explicar los puntos del CV con tranquilidad y demostrar más de lo que va escrito. No obstante, hay que tener cuidado con explayarse mucho, con irse por las ramas, con no responder a lo que se pregunta o dar datos demasiado personales e íntimos que no tengan relevancia alguna para el puesto.

  • A su vez, la empresa tiene acceso a más información que la detallada en el CV, puede preguntar sobre datos que no hayan quedado claros o incluso comprobar habilidades que la persona entrevistada pueda tener.

  • La empresa busca reunir de cada aspirante, sus habilidades, aptitudes, actitudes, valores, competencias, experiencia, motivación, creatividad, intereses, conocimientos, etc. Para ello, no solo hace preguntas verbales, sino también observa la conducta. La comunicación no verbal juega un papel muy importante en las entrevistas. Puede recabarse mucha información a través de ésta e incluso puede dar lugar a incongruencias entre la respuesta verbal y no verbal. Es importante pues, cuidar este aspecto, no solo como candidato/a, sino también como entrevistador/a.

  • Es importante mostrar lo mejor de cada uno/a. Sacar todas nuestras “armas” para conquistar a la empresa. Pero algo crucial es no fingir ser alguien que no somos, ser honestos. Hay que pensar que si se finge poseer alguna cualidad, habilidad, conocimiento o motivación y luego no se pone en práctica, se va a ver el plumero. Veamos algunos ejemplos:

    • Como candidata, Ana asegura poseer conocimientos avanzados de informática y hablar un inglés fluido. Es contratada. Llega un día uno de los “jefes” y le solicita hacer una conferencia con una empresa inglesa y que pase los datos que le proporcione dicha empresa a un documento Excel. Se le ve el plumero, cuando no es capaz de mantener una conversación con ellos y cuando el Excel está hecho un desastre y las funciones mal introducidas.

    • Como candidato, Juan se muestra muy motivado por iniciar sus labores en la empresa, plantea una interminable lista de valores que realmente no posee, pero que cree que pueden atraer a la empresa…Le seleccionan para el puesto. El primer mes va ideal, todo estupendo…pero un día discute con un compañero y el enfado no le deja seguir “fingiendo” valores que no tiene…pierde los estribos y el empleo.

Además no solo puede que a la larga se vea la mentira, sino que el/la entrevistador/a puede incluso detectar incongruencias durante la misma entrevista y dejarnos fuera antes de lo esperado. ¿Vale la pena realmente fingir ser alguien que no somos o tener habilidades que no tenemos en vistas de lo que es probable que suceda? ¿No saldría más rentable que nos contrataran por quienes somos y asegurarnos tranquilidad en ese aspecto?

  • Como empresa, también es importante ser sincero y honesto con lo que se busca, lo que se va a pedir y lo que se ofrece a cambio.

  • El objetivo básico de la entrevista es encontrar a la persona idónea para el puesto. La empresa cita a un montón de personas con perfiles afines al puesto y lo que pretende con la entrevista es encontrar el diferente entre todos…encontrar a esa persona que aporta algo que los demás no tienen. Hazte ver. Pero cuidado con pasarte de engreído…

Hay por supuesto muchos matices que van de la mano de la empresa contratante. Es por ello que resulta muy importante que la persona candidata al puesto haya investigado o indagado sobre la empresa antes de lanzar ningún Currículo. No obstante, si no ha sido así, sería aconsejable estar al tanto de la empresa, de como funcionan, como está organizada, de su participación en proyectos, etc….antes de la entrevista (y agradecer que hoy día tenemos todo al alcance del Intro). Hablar en la misma línea que la persona que nos entrevista va a ser crucial para comprendernos. Además es un modo muy claro de demostrar interés. Aunque la idea de la entrevista no es contar todo lo que nos hemos estudiado de su empresa…sino demostrar quienes somos y que tenemos para aportarle.

Como podemos deducir, es muy importante siempre conocernos bien antes de entrevistarnos y así poder ir preparados. Al fin y al cabo lo que nos preguntan es sobre nosotros y sobre lo que sabemos, conocemos o poseemos…sobre quienes somos. Si tenemos la información clara, lo que nos toca trabajar bien es la argumentación, la capacidad de síntesis pero sin dejar de ser claros, la estructuración y quizás lo más complicado…el control de los nervios…


Espero que sea de ayuda para aquellos que están en plena búsqueda y también para quienes están interesados en el mundo de la empresa.




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